Desde su fundación como Hermandad, el 29 de junio de 1501, el Santísimo Cristo de la Misericordia recibió esta advocación como Sagrado Titular de la institución, y así consta en las primitivas reglas, cuyas referencias son continuas en el I y II Libro de Actas de la Hermandad.

imagen cristo1Desde su milagrosa llegada a la primitiva ermita, según cuenta la leyenda, tras detenerse los bueyes que tiraban del carro a su paso por nuestra localidad, siendo trasladado a ella en solemne Vía Crucis, el Cristo de la Misericordia ha gozado de gran devoción y de un halo milagroso, no sólo en nuestra localidad sino traspasando nuestras fronteras, lo que hacían que a él acudieran cientos de personas a rogarle diariamente por sus adversidades o a agradecerles su intercesión milagrosa, trayéndole como ofrendas innumerables exvotos como cadenas o grilletes tras su liberación en tierras moras, muletas tras su recuperación o incluso mortajas de muertos reflejo de una milagrosa vuelta a la vida. Todos estos exvotos de fieles y devotos eran colgados en las paredes de la antigua ermita, que la decoraban, aunque con la construcción de la nueva iglesia estos exvotos desaparecieron, quedando en esta nueva iglesia un espacio muy reducido, en la pared del Camarín. Dicha advocación estuvo vinculada originariamente a la antigua talla, obra de finales del s. XV de estilo tardogótica, atribuída al escultor sevillano Pedro Millán. Tras los tristes sucesos acaecidos en nuestra localidad, el 19 de julio de 1936, con el inicio de la Guerra Civil, en donde se llevó a cabo el saqueo y la quema de la Iglesia y de Nuestros Sagrados Titulares, que causaron gran desolación no sólo entre los hermanos sino también entre todos los arahalenses. De esta imagen sólo quedó su mano derecha y el capitel de la columna donde el Señor estaba atado. Se acordó, como se refleja en el acta del Cabildo Extraordinario celebrado el día cinco de octubre de mil novecientos treinta y seis, bajo la presidencia del Hermano Mayor D. José Zayas Caro y a propuesta del capellán D. Rafael Ramos Martín (foto de la mano) que la mano se conservara como reliquia en una urna de cristal en el altar mayor de la iglesia. Esta urna fue costeada por Da Dolores Zayas Arias de Reina y Da Juana Benjumea Zayas, grandes benefactoras de esta Hermandad.

La actual imagen del Cristo de la Misericordia fue encargada al imaginero antes mencionado a mediados de octubre de mil novecientos treinta y seis. Se encarga de la dirección de este proyecto el capellán Sr. Ramos quien se pone al frente de una comisión que contactó con el escultor. Fue una obra realizada en muy breve tiempo. Antes, el escultor realizó unos bocetos que presentó a la Junta de Gobierno para su estudio y posterior aprobación. El primer boceto que presentó el imaginero sevillano fue una pintura realizada a lápiz (foto del boceto) y que después de sesenta y tres años ha llegado a la Hermandad casi podíamos calificarlo de forma milagrosa. Se conserva igualmente el boceto realizado en escayola que se encuentra en el retablo mayor de la iglesia del convento de Ntra. Sra. Del Rosario. Este boceto fue una donación del escultor al capellán y a su muerte, su familia lo legó a las Hermanas Dominicas (foto del boceto de barro).

imagen cristo2Para costear la imagen, el padre Ramos se ofreció para recaudar por suscripción popular el elevado coste de la misma, que ascendió a CUATRO MIL PESETAS, según consta en el acta de cabildo de veintitrés de mayo de mil novecientos treinta y siete. Para ello, idea una fórmula para recaudar con celeridad el dinero, realizando unas pequeñas cruces (Foto Cruz) que servirían como reliquias, con la madera que había quedado de la antigua imagen y del capitel de la columna y ofrecérselos a los ciudadanos arahalenses de puerta en puerta. Este ilusionante proyecto no lo llegó a culminar, dada su avanzada enfermedad que le impidió continuar, completando él mismo la cantidad que quedaba por recaudar.

La nueva imagen del Cristo de la Misericordia llegó a Arahal en una tarde pri- maveral del mes de mayo de mil novecientos treinta y siete, siendo recibida con gran júbilo y alegría por los arahalenses que se congregaron junto con la Junta de Gobierno de la Hermandad en el porche del Santo Cristo. La imagen, envuelta aún en las mantas, fue llevada a hombros por los hermanos e hizo su entrada en su nueva capilla acompañada por los sones del himno nacional tocado por la banda de cornetas y tambores de los flechas y por los compases del órgano y canto del coro dirigidos por Da. Hortensia Martín Ramos. Acto seguido se depositó en el camarín y se celebró una Santa Misa cantada, presidida por el capellán junto con los sacerdotes de la localidad.

La Junta de Gobierno, en el Cabildo del día veintitrés de mayo de mil novecientos treinta y siete reconoció la inmensa colaboración del capellán y agradeció al escultor la realización de la imagen. “…Tanto el Sr, Hermano Mayor como toda la Hermandad por unanimidad acordaron: Dar un voto de gracia al Sr.Capellán D. Rafael Ramos Martín (Foto de Rafael Ramos Martín) por sus trabajos y gestiones que, gracias a su actividad, celo y cariño hacia esta Hermandad se había podido adquirir la nueva imagen, como asímismo al escultor Castillo Lastrucci por lo acertado que ha estado en su ejecucíón, comunicándoselo a ambospor oficio y haciendolo constar en esta acta.

Análisis Artístico

La imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia es una obra realizada en el año 1937 por el insigne imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci (1882-1967). Sustituye a la primitiva imagen, que, muy probablemente, tallara Pedro Millán -uno de los grandes escultores activos en Sevilla en el siglo XV-, y que fue destrozada durante la Guerra Civil en 1936. A pesar de ser una obra del primer tercio de siglo XX, sigue los cánones de la imaginería tardogoticista presentes en la imagen primitiva. Fue restaurada en 2008 por el profesor titular de la Universidad de Sevilla Juan Manuel Miñarro.

La talla representa al Divino Redentor Cristo atado a la columna justamente en el momento en que ha sido azotado, a la que está amarrado columna en ligero contraposto, inclinando su cuerpo, y especialmente la cabeza, hacia abajo, como si buscara aliento girándose hacia el lado contrario, si bien es cierto es un dolor contenido, lejos de ser desgarrado. Adelanta el pie izquierdo otorgando dinamismo a la imagen, mientras que permanece retrasado el pie derecho del que levanta ligeramente el talón, incrementando más si cabe la sensación de movimiento.  La cabeza posee, como suele ser característico en la representación cristífera, una abundante cabellera que cae sobre los hombros a ambos lados del rostro. Reposa sobre sus sientes una corona de espinas tallada en la propia imagen siguiendo el modelo de las imágenes góticas y renacentistas. Asimismo, tiene importante barba bífida.

El cuerpo del Señor denota los conocimientos anatómicos de Lastrucci, que se evidencian aún más gracias a la encarnadura que recibe la talla, potenciado así el dramatismo de la escena. El mismo se cubre con un paño de pureza a la cintura que, al igual que ocurre con elementos que ya hemos comentado, sigue la esquematización de los sudarios de estilo gótico, estando aún lejos del naturalismo que adquiriría este elemento en siglos posteriores. Captan la atención del fiel la expresión superlativa de las portentosas manos atadas sobre la columna.

Igualmente, la columna sigue el modelo, en lo que se altura se refiere, a la que que se utilizaba en las representaciones de este misterio en el arte Medieval, hasta antes de la Contrarreforma en el siglo XVI. A partir de entonces ésta será sustituida por una de menor tamaño, en forma de balaustre, que reproducirá el modelo de la que se conserva desde 1233 en la basílica romana de Santa Práxedes, trasladada allí desde el pretorio de Pilato por el cardenal Giovanni Colonna. La columna que nos ocupa está policromada imitando mármol y está rematada con un capitel, que es de la imagen primitiva y que Castillo decidió integrarlo en la nueva talla.

El misterio de la Flagelación lo recogen los cuatro evantelistas (Mt. 27, 26; Mc. 15, 15; Lc. 23,16 y 22; Jn. 19, 1). Cristo sufrió, por orden del gobernador romano de Judea, Poncio Pilatos, uno de los mayores tormentos de la Pasión. Es posible que Pilato ordenara la flagelación de Cristo para salarle la vida, pensando que al verlo destrozado los judíos se apiadarían, aunque según el historiador Josefo y el filósofo alejandrino Filón, la Flagelación era el preludio de la crucifixión.

La Flagelación de Jesucristo se llevó a cabo de acuerdo con los usos romanos que, a diferencia de la flagelación judía, no tenía límite en el número de golpes. Para recibir tal tortura,  fue atado a la columna que a tal fin existía en el Pretorio del Palacio del gobernador. Los encargados de aplicar el castigo eran seis, que se turnaban de dos en dos; utilizaron con Jesús el denominado “flagellum taxillatum”, que consistía en una empuñadura de madera con unas tiras o correas de cuero a cuyos extremos se fijaban pequeñas esquirlas de huesos o bolas metálicas aristadas, lo que producía además el desagarro de la piel y masa muscular. Jesús recibió más de ciento veinte golpes en la espalada, tórax y abdomen, lo que le provocó gravísimas heridas tanto externas, como internas, hasta el punto que, de no haber mediado la crucifixión, tales lesiones hubiesen provocado su muerte.

Descripción artística realizada por Federico Jaime López, Licenciado en Hª del Arte y Técnico en Turismo del Excmo. Ayto de Arahal

Bibliografía:

«La Iglesia del Santo Cristo de Arahal. Historia y Arte». Rafael Martín Martín.

«Archivo de la Hermandad de la Misericordia:

1.- Libro de Acuerdos desde 1677 hasta 1790.

2.- Libro de Acuerdos desde 1790 hasta 1875.

3.- Libro de Acuerdos desde 1875 hasta 1940.

4.- Libro de cabildos desde 1940 hasta 1996.»