Solemne Vía Crucis.

En los albores de una nueva Cuaresma la sagrada efigie del Stmo. Cristo de la Misericordia ha presidido el Vía Crucis organizado por el Consejo General de Hermandades y Cofradías. Con diligente caminar se iniciaba esta piadosa protestación de fe, imbuida de un áurea de tiempo inmemorial. Los rezos y cánticos se han fundido con las piezas musicales interpretadas por una  capilla musical, que junto a los hachones que portaban los fieles y devotos que iluminaban su discurrir por las sinuosas y recónditas arterias de Arahal, han dejado para nuestra psique una sublime estampa. La sagrada efigie era portada sobre un altar efímero que infundía la majestuosidad y serenidad que debe revestir el misterio que representa en su sagrada flagelación, encerrando un arte exquisito que realzaba singularmente la venerada efigie. El Vía Crucis ha discurrido con la solemnidad, recogimiento y respeto que requiere tal piadoso acto.