En el tramo del crucero y en el lado de la Epístola, retablo de madera dorada y policromada (foto no 53 ), con un cuerpo, una sola calle y ático, de fines del siglo XVIII o pr. del XIX. Es un claro ejemplo de la última evolución del retablo barroco, en el que se abandona ya el estípite y aparece de nuevo la columna como elemento decorativo, como se puede observar tanto en el cuerpo como el remate, decorada con motivos geométricos a lo largo de la misma.
El cuerpo se halla separado del ático por una cornisa que adquiere forma curvilínea en el centro y de la que parte en sus extremos dos roleos sobre los que descansan dos ángeles que guardan una perfecta simetría y que sostienen unas ramas. En el centro del ático y flanqueado por dos columnas de similares características a las del cuerpo, destaca la simbología del Espíritu Santo, que también aparece en el retablo del altar mayor y que tan frecuente es en esta capilla. El remate termina con la representación de la simbología mariana: la corona y la
En el cuerpo del retablo destaca la amplia hornacina formada por un arco de medio punto, decorada en su parte superior por una cabeza de ángel que de nuevo aparecen debajo de las basas de las columnas que la flanquean. En esta hornacina central figura la otra Imagen Titular de la Hermandad, Ntra. Sra. de los Dolores, imagen para la que se hizo exclusivamente este retablo, teniéndose que proceder al cierre de uno de los accesos al templo para su ubicación, ya que se pretendía que la imagen de nueva advocación estuviese colocada en un lugar de privilegio para fomentar su culto y su veneración, dado el cambio de titularidad experimentado en la Hermandad (43)
Se completa este retablo con la mesa de altar que es de mampostería, revestida de azulejos de cerámica moderna que representa dentro de un óvalo central la imagen de la Virgen Dolorosa. Fue una remodelación que se hizo del mismo, quizás a principio del presente siglo, cuando fue alicatada toda la iglesia con azulejo sevillano.
El retablo sufrió un grave deterioro en el año mil novecientos treinta y seis, por lo que se han realizado diversas restauraciones, una en la década de los años cuarenta y la última entre los años mil novecientos noventa y seis y noventa y siete, realizada por el artesano arahalense D. José Ma Gamboa Sánchez.
El retablo lo preside la Imagen Titular de la Hermandad de la Santa Caridad y Misericordia, Ntra. Sra. de los Dolores.
En la parte posterior del retablo se encuentra el camarín de la Virgen, un espacio de planta rectangular que recientemente ha sufrido una enorme transformación. Antes, el camarín era sólo un lugar que servía exclusivamente para vestir a la Virgen; no había posibilidad de visitar a la Imagen, debido a lo reducido del espacio y a que el mismo no reunía condiciones, dado el estado de precariedad que presentaba su estructura.
Se encuentra decorado con unas pinturas al temple en el techo con unos símbolos mariológicos y con un cuadro al óleo que representa a la Inmaculada Concepción (1,6 x 1,1 ), calles y ático, que tiene un alto relieve del Santo Sudario, con decoración de rocallas y espejos, de estilo rococó, del último tercio del siglo XVIII. (foto Sagrario)XVIII, sin firma y que antes se encontraba colocado en el Presbiterio.
Completa la decoración de este magnífico camarín una magnífica sillería realizada en caoba y con incrustaciones naranjillo, tapizadas, de fines del siglo XIX o principios del presente siglo.
En el otro brazo del crucero, en el lado del Evangelio, se encuentra un nuevo retablo también de madera dorada y policromada. Está estructurado en banco, cuerpo y ático. El cuerpo lo enmarcan dos estípites y es coronado por una cornisa semicircular. Está centrado por una hornacina cruciforme cuyo fondo está recubierto de espejos. Rematando el cuerpo aparecen un corazón doloroso y en el ático el alto relieve antes mencionado.
Este retablo era conocido como el Altar del Señor de la Escuela, pues fue aquí donde se ubicó el Crucificado de la antigua ermita; pero en el año mil novecientos cuarenta y dos sufrió una gran transformación, debido a los destrozos que en el mismo se produjeron con motivo de los sucesos de la guerra civil. A partir de ahora, una nueva imagen va a presidir este retablo, se trata de un nuevo Crucificado, obra del artista sevillano D. José Navias que intenta reproducir en él al Santo Cristo de la Buena Muerte de la Universidad de Sevilla. Esta imagen es de pasta madera y de proporciones parecidas, quizás algo menor al Crucificado de la Escuela, que es el que se encuentra en el coro de la iglesia. Resultado de esta transformación fue el traslado del Sagrario, que antes estaba ubicado en el altar mayor, a este retablo. Para ello, se hizo una magnífica obra en plata de ley, cincelada; su interior, la puerta y los adornos sobre dorado en oro fino, con dos pequeñas imágenes cinceladas que representan a Santo Tomás, doctor de la Iglesia y patrono de las escuelas católicas y a San Pascual Bailón, que se destacó por su amor y devoción a la Eucaristía. En el interior de la puerta aparece la siguiente inscripción:“Este Sagrario fue costeado y donado para la Iglesia del Santo Cristo de la Misericordia por Doña Dolores Zayas Arias de Reina, en memoria de su difunto esposo, Don José Zayas Caro. 8 de Agosto de 1942. El Sagrario está flanqueado por dos ángeles arrodillados, también donación de la citada Sra. y de la misma época. En las calles laterales y flanqueando la Imagen del Crucificado, dos imágenes en madera estofada y policromada del siglo XVIII que representan a Santo Domingo de Guzmán y Santa María Magdalena. Santo Domingo viste el hábito de la orden por él fundada. Está caracterizado por un hombre de mediana edad, con rostro bondadoso y cubierto por una pequeña barba; como atributos lleva en su mano derecha una vara de lis, símbolo de su castidad y alusivo a la devoción que tuvo a la Virgen Inmaculada. Este Santo goza de una gran devoción en esta localidad, gracias al fomento que de la misma han realizado las Hermanas Dominicas, única congregación que continúa en Arahal desde su llegada a este pueblo en el siglo XVII y que están establecidas en el convento de Ntra. Sra. del Rosario. Santa María Magdalena, patrona de Arahal, tiene igualmente su representación en este retablo. Está caracterizada por una mujer penitente que porta en su mano derecha la cruz. Es la clásica representación de esta Santa. Este retablo tiene también un comulgatorio de hierro fundido de la misma época de la remodelación del mismo.
A lo largo de la nave se encuentran los dos últimos altares de esta iglesia, ubicados en el tercer tramo y que se corresponden con los de la Divina Pastora y el de San Francisco.
El primero es un retablo en madera dorada y policromada, con dos cuerpos, una calle y decoración de rocallas, floral y cabezas de ángeles, de fines del siglo XVIII. Este retablo sufrió graves desperfectos en el treinta y seis y estaba presidido por la imagen de Santa Ana, imagen que también fue destruida. Fue remodelado en los primeros años de la década de los cuarenta y en su hornacina inferior se situó el grupo escultórico de la Virgen Santísima y la Santísima Trinidad de Ntra. Sra. de las Tres Ave María, donado por Da. Josefa Benjumea Vázquez, Vda. de Benjumea y que hoy se encuentra en la mesa del altar de la Imagen Titular de la Hermandad, Ntra. Sra. de los Dolores.
Presidía este retablo la imagen de San José, realizada en madera tallada en el año mil novecientos cuarenta y uno por el imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci y que ocupaba la hornacina superior del mismo.
En el año mil novecientos sesenta y cinco, las Hermanas del Rebaño de María, que se encontraban al frente del hospital, piden autorización a la Junta de Gobierno para colocar en este altar la imagen de la Divina Pastora, de gran advocación en esta Congregación. Autorizada dicha petición, la citada imagen, que es sufragada por dicha congregación con la colaboración de las alumnas del colegio, fue bendecida el día once del dicho año por el entonces capellán D. Manuel de Olloqui Fernández, actuando de padrinos D. Romualdo Jiménezz Almagro y su prometida Da. Ma Angeles Maldonado, para posteriormente ser colocada en la hornacina superior de este retablo. Esta imagen fue trasladada a la nueva residencia de las Hermanas del Rebaño de María. Actualmente una nueva imagen de la Divina Pastora preside este retablo. Fue donada a la Hermandad el día dieciocho de mayo de mil novecientos noventa y siete, día de Pentecostés, en la Hermana Enriqueta Antón Sole. Arahal 1987-1997. 100 años al servicio de los necesitados. Hnas Franciscanas del Rebaño de María. 1999.
El otro retablo situado a lo largo de la nave, conocido como el altar de San Francisco es un retablo en madera dorada y policromada, con hornacina central y tres calles, decoración vegetal y estípites; en la parte superior arco abocinado con atributos de la Inmaculada y escultura de la alegoría de la Fe, correspondiente a la segunda mitad del siglo XVIII.
Preside este retablo la imagen de San Francisco, que viste el hábito marrón de la orden, sujeto a la cintura por un cordón del que pende el rosario, sosteniendo en la mano izquierda el Crucifijo, tal y como corresponde a un Santo de la Reforma.
La imagen de San Francisco ha estado representada en esta iglesia desde la propia construcción de la misma, dado que los Hermanos Obregones, responsables del hospital y de la iglesia en aquellos momentos, pertenecían a una Orden terciaria franciscana.Este retablo nunca ha cambiado de titular, ya que al ser destruido en la fecha antes citada, de nuevo la Congregación que en aquellos momentos se encontraba al frente del Hospital, que era de las Hermanas Terciarias Franciscanas del Rebaño de María, a cuyo frente se encontraba la Superiora Sor Consuelo, hicieron petición a la Hermandad para que se colocase en el nuevo retablo una nueva imagen de S. Francisco, petición que fue aceptada por la Hermandad y restituida dicha imagen con celeridad, gracias a la donación que hizo Da Ignacia Vázquez, Vda. de Benjumea, que la adquirió en Olot.
Bibliografía
«La Iglesia del Santo Cristo de Arahal. Historia y Arte». Rafael Martín Martín.